viernes, 9 de mayo de 2014






Principio y fin



Cuando yo sólo me encuentro
y la soledad en su espacio me envuelve,
mucha pena de mí mismo siento,
y veo…, sin verla…, más cerca mi muerte.

En el lento discurrir de las horas
cada minutos a mí me parece,
que el sentir en mí se aminora,
 como diciéndome: “¡Tranquilo…, duerme!”.

Mi tiempo se está disipando:
Me estoy transformando en sombra
 ¡Las luces se difuminan…,
mi mente se desmorona!

¿Dónde estás…, cordura mía?
¿Por qué tú a mí me abandonas…?
¡Yo quiero vivir contigo
hasta que llegue mi hora!

No quiero que la estulticia
se apodere de mi sombra.
¡Vivir junto a la razón…, quiero,
con mi mente como ahora!