Principio y fin
Cuando yo sólo me
encuentro
y la soledad en su
espacio me envuelve,
mucha pena de mí mismo
siento,
y veo…, sin verla…,
más cerca mi muerte.
En el lento discurrir
de las horas
cada minutos a mí me
parece,
que el sentir en mí se
aminora,
como diciéndome: “¡Tranquilo…, duerme!”.
Mi tiempo se está
disipando:
Me estoy transformando
en sombra
¡Las luces se difuminan…,
mi mente se desmorona!
¿Dónde estás…, cordura
mía?
¿Por qué tú a mí me
abandonas…?
¡Yo quiero vivir
contigo
hasta que llegue mi
hora!
No quiero que la
estulticia
se apodere de mi
sombra.
¡Vivir junto a la
razón…, quiero,
con mi mente como
ahora!